sábado, 6 de febrero de 2016

A JULIO BORGES, EL DIPUTADO MAQUETA, EL DE LA LEY MAQUETA DE VIVIENDA, SE LO COMIERON CON FRENTE INCLUIDA DELANTE DE LA ASAMBLEA NACIONAL

Al diputado Julio Borges, el célebre denunciante de la "Misión Maqueta", refiriéndose Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) y a su ficticia construcción de viviendas, fue abordado por un personaje del pueblo, una beneficiaria de la mencionada misión, para más señas, y fue deglutido con frente y maletín incluidos antes de adentrarse en la Asamblea Nacional.

La mujer le dijo que no entendía cómo es que un hombre con la frente de tal tamaño podía…  Vea el video y usted disponga.  La reflexión es esta:  el tipo quiere ahora, después de haberlas negado, hacer crédito con las viviendas ajenas, las construidas por el gobierno, un millón por ahí, dejándose llevar por un insólito acto de chulería política; y parece no comprender que la gente está conforme con su propiedad familiar y multifamiliar, viviendo en paz, no queriendo la propiedad individual que él propone con su ley maqueta, esa propiedad que permitirá a las inmobiliarias vender como cualquier cosa el hogar sagrado de las familias.

La señorona le dice que ella ya tiene su título y que deje la majadería con los urbanismo y su asamblea, que más títulos no hacen falta; y él insiste en querer ayudar (a la fuerza, se dirá) otorgando más títulos.

Enfrentamiento: Julio Borges y Sra. del Pueblo en la AN

 

Para quien sabe leer lo que la historia presenta al juicio, aquí está escenificado el meollo de lo que viene.  La señora es el poder popular, y el poder popular será quien tenga la última palabra en la materia controvertida entre los poderes actualmente contrapuestos y neutralizados en Venezuela, a saber el Poder Ejecutivo y Legislativo.  El legislativo hará las leyes, pero otra cosa será que las haga sin consulta con el pueblo y que el poder popular al final se resista a acatarlas. La Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela consagra el carácter participativo de las instituciones y la democracia venezolana,   artículo 6:  "El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables" (subrayado propio).

Note que en el minuto y veintinueve segundos del video, el diputado exclama:  "La ley la hice yo", cosa que nadie le cree (se la hicieron las inmobiliarias), pero declaración al fin que sirve para entresacar que las leyes de la derecha política nacen del los bolsillos descorazonados de sus negocios, sin participación de las gentes.

¡Venezolano, tú que mayoritariamente generaste esto con tu voto, toma tu asamblea!

martes, 2 de febrero de 2016

LA LEY “MAQUETA” DE JULIO BORGES CONSISTE EN CONVERTIR LA PROPIEDAD FAMILIAR EN INDIVIDUAL A FAVOR DE LAS INMOBILIARIAS


Llegada la derecha política al poder, en concreto a la Asamblea Nacional, lógicamente su propósito es ejercer su sagrada religión de comprar y vender, en concordancia con su formación y vocación capitalistas y de libre mercado.  Un filón de montaña que surge a su vista son las edificaciones de la Gran Misión Vivienda Venezuela, es decir, un millón de viviendas.  Una desafiante tajada.
El objetivo es tomarlas y venderlas, como primera medida de un parlamento con mayoría calificada y la orientación descrita.  Lo único que habría que hacer es presentar la ley para que sea aprobada y lo demás, reordenamiento jurídico en la materia, se haría sobre la marcha.  Además, se trata de un primer paso:  muchos otros rubros a ser modificados y tomados luego esperan en la larga lista de apropiación del parlamento neoliberal y capitalista recién estrenado.  La vida es un mercado, por encima de cualquier otra pasión humana; nada que ver con tombolas, como dice el dicho.  Restan por ahí otros conceptos, entreverados en esas leyes que facilitan a la gente lo que en casta norma capitalista debiera ser comprado:  terrenos rurales, neveras, cocinas, vehículos, televisores, etc.  Largo es el trabajo de revertir la tortilla política a como siempre ha estado en Venezuela, mandando el don dinero preponderantemente y la influencia de países padrinos en la materia, como los EE.UU., nada más para mencionar a uno sólo y poner a temblar a un montón de patas-en-el-suelo.
Le encomendaron al diputado Julio Borges (apodado "estafa" o "maqueta" por sus adversarios) la punta de lanza para clavar la ley que posibilitará la reversión en materia inmobiliaria:  La Ley de Otorgamiento de Títulos de Propiedad a Beneficiarios de la Gran Misión Vivienda Venezuela (LOTPBGMVV).  Se la escribieron las inmobiliarias, explicándole detalladamente los puntos a priorizar en en su aprobación, no olvidando recordarle que la misión es comprar apartamentos y terrenos libremente, como se hace en cualquier país capitalista, como se hacía en la Venezuela "normal" del pasado.  Vale resaltar que, tratándose de gente monetarista que compra y vende, o que se compra y se vende porque las personas en su sistema también son mercancías, al diputado Julio Borges tienen que haberle prometido las inmobiliarias un buen pago por sus gestiones ante la Asamblea Nacional.  ¡Vamos, pues, se trata de ser un buen alumno!, ¿no?
Pero hay un problema.  Esas viviendas la construyeron los adversos, los socialistas, los chavistas, los de la izquierda, esa corriente loca que incomprensiblemente prioriza (al menos en la doctrina) los rasgos de humanidad y conciencia del hombre por encima del dinero, y se dedica a realizar el trabajo político con gente que no huele precisamente a perfumes costosos ni es dueña de casi nada.  El problema de fondo es que, para entregar ese millón de viviendas, el gobierno construyó un piso legal sobre el cual se inventaron dos conceptos que frontalmente se oponen al proyecto de titularidad  que el cejijunto Borges trae al tapete con su cheque y empresas inmobiliarias:  la propiedad familiar y la multifamiliar.  ¡Qué mala vaina!  ¿A quién diablos le importa que esos urbanismos estén llenos de gente cuasi miserable que no dan la talla como ciudadanos del capitalismo redentor, muchos de ellos damnificados, despaturrados, gente en general que no merece estar allí porque no pagó un centavo y los locos socialistas se la pusieron bajito para que subiera desde su barro originario a un plano de concreto?
La propiedad individual que adelanta el proyecto del diputado "Maqueta" choca, pues, con la susodicha propiedad familiar y multifamiliar especificada en los artículos 9 y 10 de la Ley del Régimen de Propiedad de las viviendas de la Gran Misión Vivienda Venezuela (LRPVGMVV):  el piso es de la unidad familiar y las llamadas áreas comunes de la edificación (terrenos, azoteas, espacios deportivos, etc.) son de las familias (propiedad multi).  La ley "maqueta" del diputado Julio Borges (maqueta por lo que de estafa comporta) consiste en transformarlas (a la propiedad familiar y multi) en propiedad individual "sin que pueda darse a estas denominaciones calificativos de propiedad colectiva o social que desnaturalicen la entidad y el alcance con los cuales el titular de este derecho puede ejercer los atributos inherentes al mismo"; y ya se sabe que el "alcance" es que el beneficiario pueda "disponer libremente de su propiedad conforme a lo establecido en el artículo 545 del Código Civil" y así, ¡alabado sea ese 1% más rico del mundo!, concretar el mandato del Art. 11 de la  LOTPBGMVV :  la venta.
¡Ah, dinero, cómo eres amado por encima del dolor humano!  A cada vacilación del diputado seguro es que las inmobiliarias le contesten con la agitación del cheque frente a su rostro.  ¿O es que no se trata de un sistema capitalista, de compra-venta, de lo que él habla?  ¿Vendrán a decir que nadie le paga?  Los seres humanos son cartelitos con precios que caminan por las calles.
Molestan esos términos "familiar" y "multifamiliar" de tan horrible LRPVGMVV.  Hermoso, en letras de oro, tendría que brillar el término "individual".  Molesta que las familias damnificadas no puedan vender ipso facto el piso que el Estado les adjudicó, así no lo hayan pagado mediante sus cómodas cuotas o sus hijos no se hayan estabilizado aún en el colegio; molesta que se tenga que reportar en los primero años a la Inmobiliaria Nacional cualquier acción de venta; molesta que exista una Ley Orgánica de Emergencia para Terrenos y Vivienda (2011) que permita agilizar la obtención de espacios para construir urbanismos; molesta que exista, también, una Ley para la Determinación del Justiprecio de Bienes Inmuebles en los Casos de Expropiaciones de Emergencia con fines de Poblamiento y Habitabilidad (2012) que establezca un mecanismo expedito para que el Ejecutivo Nacional pueda determinar el precio justo de los inmuebles, el cual
 se obtiene por el promedio aritmético de la variación del Índice Nacional de Precios al Consumidor, la tasa de interés pasiva nominal de los depósitos a plazo superiores a 90 días y la tasa de interés activa nominal promedio ponderada, todos estos valores publicados por el Banco Central de Venezuela (BCV). (Rojas, Rubén.  "Ley de la derecha le pone el ojo a terrenos".  Ciudad CCS. Caracas, 30 ene 2016.  P. 16).
Molesta, en fin, con la nueva Asamblea Nacional, la familia venezolana y mucho más sin en el bolsillo no tiene plata.

--   Oscar J. Camero, @animalpolis

INQUILINOS, ¿QUÉ HACER AHORA QUE LLEGÓ LA DERECHA MERCANTILISTA Y YA LEGISLA?

El jueves 28 de enero de 2016 la mayoría calificada de la Asamblea Nacional (AN) aprobó en primera discusión un proyecto de ley que amenaza la estabilidad de la familia venezolana en los hogares adjudicados por el Estado a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) y atenta contra el carácter de figura social de la vivienda al, solapadamente, reinstaurar el viejo esquema de propiedad privada y capitalista que le permitirá a las voraces empresas inmobiliarias hacerse finalmente con las edificaciones construidas por el gobierno.

El texto de marras se denomina "Proyecto de Ley de Otorgamiento de Títulos de Propiedad a Beneficiarios de la Gran Misión Vivienda Venezuela" y en su argumentación propone la oferta engañosa de que los adjudicados por la GMVV no son propietarios del inmueble que ocupan, por un lado, y políticamente, por el otro lado, busca descaradamente hacer méritos a partir del trabajo de otro.  Algo así como que el gobierno construye las casas, pero es la derecha política quien las adjudica.

A semejante mentira hay que salirle al paso y llamar pendejos a quienes embaucados por la estupidez se crean el cuento.  Lo primero a resaltar es que la GMVV tiene un carácter de protección y un lineamiento de aplicación de justicia social, en correlación con el estatus declarado de la vivienda como figura social:  sus beneficiados, entre otros varios tipos de la debilidad jurídica, son precisamente aquellas familias que en su tiempo fueron estafadas por empresas inmobiliarias que presuntamente les iban a construir sus casas.  Lo segundo es que cuando la GMVV adjudica una de sus dignas viviendas emite un título que literalmente dice que la propiedad es entregada "en venta pura y simple, perfecta e irrevocable", lógicamente en medio de una contextualización que impide que de inmediato el adjudicado disponga de su propiedad (social) para venderla al capital privado como si el principio de la dotación de vivienda del Estado fuese favorecer el lucro de un particular por encima de la necesidad de techo de la familia venezolana.  Lo tercero es que tal miramiento y "sensiblería" de protección social del Estado venezolano es un impedimento para que el adjudicado pueda vender de inmediato su vivienda a quien le dé la gana, situación que empaña la fiesta comercial de la empresa capitalista.

Semejante aspiración es el punto crucial de la ley que busca promulgar definitivamente la oposición venezolana:  quitarle los matices de protección social que tienen los títulos entregados por la GMVV para que los beneficiarios puedan vender ipso facto y, ¡Eureka!, las ávidas cámara inmobiliarias se apropien progresivamente de todas las edificaciones que construyó el gobierno.  Tal es la estafa, lógicamente basada en el engaño, como toda estafa:  ¡Toma, tonto, tú título de propiedad, ahora véndeme y, si te vuelves a quedar en la calle, como pendejo que eres, ya sabes dónde encontrarme para alquilarte lo que antes era tuyo o revendértelo a un precio mayor!

La ley es una olla destapada donde puede contemplarse con indignación el guiso putrefacto.  Llanamente es una propuesta de implementación del libre mercado en materia inmobiliaria donde grandemente el gran ganador, como siempre, es el capital privado, las colosales empresas que compran, alquilan o venden, los más fuertes, en fin, como se corresponde con la doctrina darviniana capitalista.  La vivienda al fin se habrá mercantilizado y el país se retrotraerá a los estadios violatorios de los derechos humanos del pasado.  El sueño opositor para el caso, el de las corporaciones de la construcción e inmobiliarias que están detrás de los diputados testaferros, es apoderarse de los ingentes bloques habitacionales de la GMVV porque en su criterio representan las edificaciones que ellos debieron haber construido en los pasados quince años.  ¡Caramba, sí que es una buena tajada!  ¡Un millón de hogares!

Apenas usted coloca su cabeza por encima del guiso descubre que con la nueva ley se tendría que derogar:

(1)  La Ley Orgánica de Emergencia para Terrenos y Viviendas

(2)  la Ley de Determinación del Justiprecio de Bienes

(3)  la Ley de Bancos que estipula tasas y condiciones favorables para la adquisición de viviendas.

Leyes cuyos solos nombres traducen el beneficio para el sector social eventualmente afectado.  Al ya no existir propiedad social, no es posible realizar tomas o expropiaciones de terrenos para la construcción de viviendas con precios asequibles, y el ente determinador de los precios sería el latifundio urbano, monstruo que estaría a punto de ser liberado por la ignorancia del venezolano.

¿Qué hacer?

El presidente Nicolás Maduro ya dio un primer paso, previendo la aprobación de la mencionada ley-estafa: creó el Sistema Nacional de Registros Públicos Inmobiliarios de la GMVV, organismo que velará por la conservación del dicho rasgo social de la adjudicación de vivienda, su protección como valor contentivo de la familia venezolana, ante el empuje de la troica política adversa:  partido de derecha, AN y empresarios.

Pero ¿qué ocurre?  ¿Es todo?  ¿Es suficiente?  ¿Resta ahora sentarse y esperar la cosecha de los frutos?  Sabido es que no.

El gobierno solo no podrá, a menos que como poder constituido disuelva a ese otro poder también conformado en las pasadas elecciones, la AN.  Nadie se sentará a esperar.  Dada la paridad entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, el llamado lógico es activar e incorporar a la lucha un tercer poder, el popular, de manera urgente.  Es el último muro de contención ante la pretensión mercantilista de la derecha política, ante su afán terrófago urbano.

El alto gobierno, en declaraciones del diputado Elías Jaua, ha dicho que "el bloque parlamentario de la patria se desplegará en todos los urbanismos de la GMVV para informar sobre el engaño que pretende hacer la derecha al pueblo, para levantar un poderoso movimiento en defensa de la tierra urbana y la vivienda digna para el pueblo." (Últimas noticias, 28 ene 2016, "Diputado Jaua: Ley aprobada por AN intenta iniciar la restauración capitalista")

Propuestas:

(1)  Considerando que los propietarios de dichos inmuebles hasta dónde se conoce no están organizados gremialmente para defenderse de una eventual amenaza contra su estatus y los inquilinos sí (los inquilinos están en permanente lucha), se propone formar un grupo de apoyo y acompañamiento para vehiculizarse con el Poder Ejecutivo y expresar en los foros que la amenaza es potencial también contra los inquilinos.

(2)  Solicitarle al ejecutivo una medida de protección a favor de las familias en situación de alquiler (¿500 mil=2 millones de personas?), sector vulnerable, desposeído y de padecimiento silente ante el acoso inmobiliario que, perpetuamente, se burla de la ley y no tiene reparos en dejarlas en la calle.

(3)  Contraatacar y empezar a realizar tomas o propuestas de tomas con orientación social allí en los sitios donde el capital inmobiliario "engorda", oculta o dilapida terrenos con capacidad de soluciones habitacionales.  Esta última propuesta se enarbola como bandera activa y operativa de lucha para recordarle al la facción política que audazmente ha declarado la guerra a la familia venezolana que los inquilinos como poder popular son también audaces y están dispuestos a la lucha por una causa hoy más que nunca amenazada.  Autocrítica: si como movimiento social en plenitud, con el apoyo de la ley y de Hugo Chávez, el inquilinado no se atrevió, hoy que hay mengua necesario es que lo haga.  ¿Entonces cuándo, si no?. ¡Basta ya de tanta charla sin audacia y sin concreciones sobre la realidad!

--   Oscar J. Camero, @animalpolis